Elche, 3 de Febrero de 2017

Un año más, Facoelche no defraudó. El fantástico programa, ponentes y formato que permite el debate y la interacción con los asistentes lo convierten no sólo en un éxito de asistencia, sino también en una reunión muy enriquecedora para los cirujanos de cataratas y cirugía refractiva.

Un campo sobre el que se lleva debatiendo todos los años son las Lentes Multifocales que utilizamos en la cirugía Refractiva para rehabilitar la presbicia. En los últimos años se han producido importantes avances y nuevas lentes se siguen incorporando al mercado. El mejor conocimiento de estas lentes a través de la evaluación de los resultados con el paso del tiempo permite mejorar su uso en pacientes. Tanto los pacientes como los cirujanos nos hemos preguntado durante años:  ¿Cuál es la mejor lente multifocal? Ahora sabemos que la respuesta no sólo está en la lente, sino también el tipo de paciente. Por tanto, la mejor lente multifocal es la que mejor se adapta a nuestro paciente. Hay diferentes modelos de lentes intraoculares multifocales. En general, las podemos clasificar en 2 grandes grupos: lentes bifocales y lentes trifocales. Cada lente está hecha de un material y con un diseño responsables de la calidad de la visión a diferentes distancias. Por ello, es importante conocer las necesidades de nuestro paciente para poder seleccionar la lente adecuada a implantar. De ello dependerá el éxito de la cirugía.

En el congreso se repasó la calidad visual que aportan las diferentes lentes en las diferentes distancias, viendo que existen diferencias que pueden ser importantes entre los fabricantes. Se profundizó asimismo en el conocimiento de los “halos” nocturnos que aparecen en la visión tras la implantación de diferentes modelos.

Otro bloque interesante versó sobre el cálculo biométrico, es decir, el cálculo de la potencia de la lente a implantar. Si no se realiza correctamente, no se eliminará toda la graduación del paciente tras la cirugía. Como sabemos, cada ojo tiene unas dimensiones particulares de Longitud axial y profundidad del segmento anterior. Las fórmulas de tercera generación, las más extendidas, tienen un índice de error mayor que las nuevas fórmulas de cuarta generación, que calculan de manera más precisa la posición efectiva de la lente. Por tanto, es recomendable incorporar en nuestra práctica clínica estas nuevas fórmulas, como la fórmula Universal II de Barret o la Holladay II.

Con respecto al cálculo de las lentes tóricas para la corrección del astigmatismo, se comparó la precisión de distintos calculadores. Actualmente hay consenso en que, para mejorar la precisión del cálculo, hay que tener en cuenta no sólo el astigmatismo de la cara anterior de la córnea, sino también el posterior. Algunas casas comerciales ya lo han incorporado en sus respectivas herramientas de cálculo. Simplemente debemos asegurarnos que el que utilicemos con regularidad cumple estos criterios de calidad.

No hemos visto grandes avances en los nuevos láseres de femtosegundo utilizados para la cirugía de catarata. Sus supuestas ventajas frente a los clásicos ultrasonidos no acaban de trasladarse a la práctica clínica. Una leve mejoría en la precisión quirúrgica frente a una clara mayor lentitud en la cirugía y mayor coste no acaban de justificar la extensión de su uso. Veremos qué pasa en los próximos años pero, a corto y medio plazo, este tipo de láseres no parecen tener un futuro muy halagüeño.

Por otro lado, la tecnología de nanoláser irrumpe con fuerza ante la posibilidad de poder realizar cirugía de catarata con una aplicación de energía despreciable, posiblemente útil en ojos con córneas patológicas y con recuentos endoteliales muy bajos. Su menor coste y su adaptación a las plataformas de ultrasonidos con las que habitualmente se realiza la cirugía de catarata, además de su menor agresividad, hacen de esta tecnología una opción interesante.

Dr. Pablo Alcocer Yuste