Valencia, 23 de Marzo de 2017

Una de las notables diferencias del glaucoma con respecto a otras enfermedades oculares es su carácter crónico. Esta característica debe ser tenida en cuenta para el buen manejo de la enfermedad desde su comienzo. Existen, afortunadamente, múltiples terapias para combatir actualmente el glaucoma. Sin embargo, es fundamental aplicar en cada fase de la enfermedad la terapia adecuada.

En el simposio de este año “El Glaucoma, una carrera de fondo” patrocinado por Laboratorios Allergan, en el marco del Congreso Anual de la Sociedad Española de Glaucoma, se hizo un repaso de cómo debe ser el manejo del glaucoma desde su principio a fin. A continuación se expone un resumen de las presentaciones del Simposio:

seg simposio allergan

1- El Dr. Pablo Alcocer realizó un repaso de cuándo y cómo se debe comenzar el tratamiento en el glaucoma. Existe consenso entre los especialistas de glaucoma, tras la publicación del estudio OHTS, en que un paciente con la tensión ocular alta pero sin glaucoma debe ser vigilado sin tratamiento en la mayoría de las situaciones. Como norma general, debemos tratar la Hipertensión Ocular sólo cuando el riesgo que aparición de glaucoma es alto. En el resto de casos debemos vigilar a nuestro paciente con los precisos métodos diagnósticos que tenemos actualmente: La Tomografía de coherencia óptica y el Campo visual. Por otro lado, cuando un paciente desarrolla glaucoma o se diagnostica ya con pérdida de campo visual, debemos aplicar tratamiento desde el comienzo.

En esta presentación se expusieron también las características que diferencian a los colirios hipotensores utilizados en el glaucoma. En las gotas para el glaucoma nos encontramos el principio activo, los conservantes y los excipientes. De todas ellas sólo el principio activo es el responsable de la bajada de la tensión, sin embargo es necesario que vaya acompañado de otras sustancias para que la molécula principal pueda ejercer su función y no pierda propiedades con el paso del tiempo. La situación ideal sería aplicar en la superficie del ojo sólo el principio activo, pero ésto no es posible. Hay que aportar sustancias que faciliten la estabilidad  y solubilidad de las moléculas y que, por otro lado, eviten la contaminación por microorganismos del contenido de los colirios. El problema es, con el paso de los años, los conservantes y excipientes pueden acabar siendo dañinos para la superficie ocular, provocando molestias al paciente y abandono del tratamiento. El buen conocimiento del arsenal terapéutico en forma de colirios para el glaucoma nos permitirá seleccionar moléculas adecuadas al perfil de nuestro paciente. Es importante conocer las características del principio activo, pues no todos son iguales. Las moléculas difieren en potencia, tolerancia y efectos secundarios. Por supuesto, la potencia de acción es un factor fundamental a considerar, pero también debemos conocer las características del ojo y del tipo de glaucoma, así como el estado de salud del paciente, para seleccionar la mejor opción terapéutica.

En la segunda presentación, el Dr. Carlos Lázaro repasó las situaciones en las que debemos añadir más tratamiento a los pacientes. Ante un insuficiente control tensional del paciente con glaucoma, existen múltiples opciones a considerar para mejorar la tensión. Las combinaciones fijas de los fármacos prostaglandinas y betabloqueantes permiten bajadas tensionales adicionales sin verse modificada el número de gotas diarias que tiene que ponerse el paciente. Así pues, cuando la primera línea de tratamiento no sea eficaz, no debemos demorar el cambio de tratamiento.

La tercera presentación corrió a cargo del Dr. Rafael Gimenez. Hace años, en el campo del glaucoma había bastante resistencia a indicar cirugía debido a las complicaciones asociadas a las técnicas quirúrgicas clásicas de glaucoma. Sin embargo, el miedo a que el paciente perdiera visión por la cirugía provocaba una situación también poco deseable: el inadecuado control tensional asociado al tratamiento médico provocaba también pérdida de visión. En los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas quirúrgicas que minimizan las complicaciones, y debemos aprovechar las mejoras en este campo para romper la resistencia a indicar cirugía de glaucoma. Insistir en una estrategia inadecuada cuando ya no es suficientemente efectiva hará que en el largo plazo la visión se encuentre en una situación comprometida. En muchas situaciones, la adición de gotas no mejora de manera clínicamente significativa la tensión, pero sí que aumenta la mala tolerancia al tratamiento.

En la última presentación, la Dra. Canut compartió su experiencia quirúrgica con el implante Xen. El uso de la cirugía mínimamente invasiva de glaucoma (MIGS) está extendiéndose gracias a sus buenos resultados y sus escasas complicaciones. Esto abre la posibilidad a practicar cirugía de glaucoma en pacientes de manera más temprana. La coexistencia de catarata y glaucoma permite aprovechar la cirugía de la primera para asociar una técnica quirúrgica para bajar la tensión, obteniendo el paciente un doble beneficio: mejora en la visión y en el control tensional.

 

Dr. Pablo Alcocer Yuste